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SAN CARLOS, COJEDES, Venezuela
ABOGADO CON INTERES SOCIAL. ASESORIAS PENALES, CIVILES, MERCANTILES, AGRARIO, ADMINISTRATIVO, LABORAL Y LOPNA

jueves, 23 de junio de 2011

¿Que Será El Mañana?

Quiero comenzar este escrito dando gracias a mi señor Jesucristo por haber cambiado mi vida, en estos catorce años que he caminado agarrado de su mano. Es decir desde el día que tome mi mejor decisión: aceptar a Jesucristo como mi único y suficiente salvador de mi alma, es por eso que quiero hablarles de un tema de mucha importancia. He estado enseñando acerca del poder de terminar lo que uno comienza, el poder de finalizar, pero nadie tiene la capacidad de finalizar, sino tiene la capacidad de esperar, y nadie tiene la capacidad de esperar sino tiene el rasgo de carácter que se llama paciencia. ¿Cuántos quieren tener éxito en la vida? Tú puedes tener un talento, una habilidad innata para algún deporte, pero va a requerir del rasgo de carácter de un hombre o una mujer disciplinada para hacerlo. Tú puedes tener un don en tu familia, ser un romántico, un poeta, pero se requiere de muchos más rasgos para mantener feliz a tu mujer. pero qué de los rasgos de carácter que hacen que ese don pueda fluir hacia los demás, porque el don que Dios te ha dado es para alguien más, y el Señor tiene grandes y maravillosas cosas para nosotros, pero nos cuesta creerlo, nos cuesta esperarlo, todos nosotros nos llenamos la mente de grandes cosas. Dice la Biblia que la boca se jacta de grandes cosas, pero hombre de verdad ¿quién lo hallará? Los seres humanos nacemos con barreras, barreras de comunicación, barreras de adaptación, barreras de incomprensión, pero al fin y al cabo, no es mas que barreras creadas por nosotros mismos. Una de las barreras que traemos del mundo es el temor a lo desconocido, sin darnos cuenta muchas veces estas barreras siguen formando parte de nuestro ser. Es por lo antes descrito que compasión y sensibilidad son dos elementos vitales para guardar con mucho celo, porque a la larga podrían ser beneficiados los seres más cercanos y amados que tenemos. Cuando se pierde la sensibilidad en la vida, podemos perder mucho más que dinero, reputación y cosas. Podemos perder aún lo que más amamos inclusive. En particular siempre he pensado que Dios siempre tiene el control, como lo dice un canción, por eso no debo tener temor alguno, Y aunque no entienda lo que sucede vivo tranquilo, vivo en paz Porque Dios siempre tiene el control de mi vida. En columnas anteriores escribí sobre Los que acostumbran filosofar y nos aseguran que el fracaso puede ser bueno para nosotros, pues desarrolla humildad, produce sabiduría y crea empatía, pero ¿Por qué, cuando las personas fracasan, generalmente hacen todo lo posible para no reconocerlo? Bueno, ¿quién desea la vergüenza, la pérdida del buen nombre y las oportunidades que vienen de la mano del fracaso? ¿Quién desea pasar por la experiencia de saber que hay personas hablando de uno, que ya no confían en uno, que menean la cabeza y tachan nuestro nombre de la lista de personas que consideran exitosas? ¡Yo no!.. Existen muchos libros que hablan acerca de cómo evitar el fracaso. Nos dicen cómo asegurar el trabajo, el matrimonio, o el estilo de liderazgo contra el fracaso. Todos ellos venden muy bien. Pero, ¿qué pasa con aquellas personas que no leyeron esos libros, quienes se derrumbaron moral, espiritual, o emocionalmente?, ¿aquellos que no realizaron bien su trabajo, no tomaron las decisiones correctas, o no asignaron los recursos apropiados? ¿Qué pasa con esas personas? Debemos ponerle nombre al fracaso y no evadir sus consecuencias. Cuando lo hacemos, asumiendo una postura de dolido arrepentimiento, se nos otorga la gracia que perdona y restaura, se nos ofrece una nueva oportunidad de volver a ser útiles. Ese es el estilo del Señor que redime, el estilo de Jesús en sus relaciones y el estilo que busca imponer el Espíritu Santo sobre la iglesia. En otras palabras, precisamente cuando usted cree que se encuentra en su peor momento, Dios envía la gracia y produce una espectacular sorpresa que le beneficia. No intentes ser "perfecto", pues nadie acepta de buen grado a un ser que es un dechado de "perfecciones" en un mundo real…Por ejemplo, hablamos de fracaso cuando alguien reprueba un curso, cuando alguien traiciona la confianza, falta a una promesa, o no alcanza una meta. «Fracaso» puede referirse a muchas situaciones malas. Al igual que a muchas personas, el fracaso no me es desconocido. He gustado personalmente de su amargura. Pero he sabido afrontarlo.Los golpes de la vida pueden, en ocasiones, proveernos de nuestras mejores oportunidades de crecimiento. El fracaso percibido o real es horrible. Todos lo reconocemos cuando lo vemos, pero nadie intenta definirlo. Es una tarea difícil si busca incluir todas sus facetas. La Biblia dice lo siguiente: Mateo 6:24 AL 34 Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o se llegará al uno y menospreciará al otro; no podéis servir a Dios y a las riquezas. Por tanto os digo: No os acongojéis por vuestra vida, qué habéis de comer, o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir: ¿no es la vida más que el alimento, y el cuerpo que el vestido? Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni allegan en alfolíes; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No sois vosotros mucho mejores que ellas? Más ¿quién de vosotros podrá, acongojándose, añadir a su estatura un codo? Y por el vestido ¿por qué os acongojáis? Aprended [de] los lirios del campo, cómo crecen; no trabajan ni hilan; mas os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria fue vestido así como uno de ellos. Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana es echada en el horno, Dios la viste así, ¿no [hará] mucho más a vosotros, [hombres] de poca fe? No os acongojéis pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o con qué nos cubriremos? Porque los gentiles buscan todas estas cosas; que vuestro Padre celestial sabe que de todas estas cosas tenéis necesidad. Mas buscad primeramente el Reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. Así que, no os acongojéis por lo de mañana; que el mañana traerá su congoja: basta al día su aflicción.



Hay Quienes Se Complacen En Complicarlo Todo

Existen personas que no conocen el significado de la palabra respeto. Respeto es valorar a los demás, acatar en algunos casos su autoridad y considerar su dignidad. El respeto se acoge siempre a la verdad, no tolera bajo ninguna circunstancia la mentira, y repugna la calumnia y el engaño. El respeto exige un trato amable y cortes el respeto es la esencia de las relaciones humanas, de la vida en comunidad, del trabajo en equipo, de la vida conyugal, de cualquier relación interpersonal. El respeto es garantía de transparencia. El respeto crea un ambiente de seguridad y cordialidad, permite la aceptación de las limitaciones ajenas y el reconocimiento de las virtudes de los demás. Evita las ofensas y las ironías, no deja que la violencia se convierta en el medio para imponer criterios. El respeto conoce la autonomía de cada ser humano y acepta complacido el derecho a ser diferente. El respeto a las personas es una aceptación y valoración positiva del otro por ser persona. Lleva consigo una aceptación incondicional de la persona tal y como es. Es decir, una aceptación sincera de sus cualidades, actitudes y opiniones, una comprensión de sus defectos. En el plano humano, el respeto a las personas implica no considerarse superior a nadie. Todos sentimos que tenemos el derecho a ser respetados por los demás en nuestro modo de ser, de actuar y de expresarnos. Esto exige de nosotros el deber de respetar igualmente a todas las personas En concreto el respeto a las cosas lleva consigo actitudes de: Admiración y aprecio de la belleza de las cosas y de su utilidad. Delicadeza en el uso y colaboración en el mantenimiento de las cosas que existen para el servicio y disfrute de todos. Pero debo decir que con el paso de los años, y fruto de las experiencias que me ha tocado vivir, he aprendido que debemos medir bien nuestras acciones. Hay ocasiones en las que es mejor callar, puesto que hablar solo daña las cosas. Hay personas que no tienen la capacidad, y esto es incomprensible, de tratar de ver todos los ángulos del problema. No me puedo explicar como es posible esto, cuando todos tenemos cerebros similares, con las mismas neuronas. Algunos dirán que no todos podemos ser iguales, y estoy totalmente de acuerdo con eso. Pero creo que tener un poco de sentido común no es algo que esté vedado a todos los seres humanos. Se supone que somos una especie civilizada, Quizás si fuere algún erudito de la psicología pondría encontrar algunas respuestas. Pues aún no logro entender como es que hay seres humanos con la insidiosa capacidad de hacer de un vaso de agua una tormenta. No comprendo por qué hay gente que insiste en complicar las cosas. Yo no soy perfecto, pero la verdad es que Conozco gente alarmista por naturaleza, y que a pesar de haber metido la pata en incontables ocasiones, no aprenden de sus errores. Pero parece imposible que el alarmista cambie. Del otro lado encontramos al receptor del comentario, que conoce perfectamente al alarmista, no obstante toma como valederas sus palabras en determinados momentos. Yo no logro asimilar el por qué de situaciones como esta. La gente no puede estar cerrada al dialogo, a los puntos de vista de otros que conocen el caso sobre el cual se ha hecho el alboroto. Es necesario conocer la opinión de los que se ven envueltos en la situación, y especialmente constatar por sus propios ojos que la misma no es tan grave como afirma el sensacionalista. El valor de la flexibilidad permite al hombre acomodarse fácilmente al dictamen, a las exigencias de las circunstancias, a los requerimientos de nuevas situaciones o a condiciones laborales, sociales o personales diferentes. La flexibilidad debe ser permanente en el ser humano, por cuanto en la vida todo está marcado con el sello del cambio. Todo cambia, excepto esta verdad. Por tanto, la intransigencia se halla en clara y total contraría con el devenir de la existencia. La persona flexible gana amigos en todas partes y sabe conservarlos; siempre está dispuesto a convivir con las realidades concretas, aunque su imaginación sea dueña de mil fantasías diferentes. Los contratiempos no se toman sino como nuevas experiencias.