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SAN CARLOS, COJEDES, Venezuela
ABOGADO CON INTERES SOCIAL. ASESORIAS PENALES, CIVILES, MERCANTILES, AGRARIO, ADMINISTRATIVO, LABORAL Y LOPNA

viernes, 2 de diciembre de 2011


La Apariencia Es Intrínseca A Nuestro Instinto Animal (II)

El que no lucha por tener y mantener una familia, es que nunca tuvo una. Semanas atrás escribí algo sobre la familia y dije y lo sostengo que una casa será fuerte e indestructible cuando esta sostenida por estas cuatro columnas: Padre valiente, madre prudente, Hijo obediente y hermano complaciente. En el debatir de mi vida me he topado con situaciones difíciles, las cuales he sabido enfrentar, pero una cosa no tolero, y es la falta de respeto hacia las personas, sobre todo hacia las del sexo femenino, ahora bien cuando se trata de un ser querido, llámese madre, hermanas, esposa, hijas entre otras, la cosa se pone aun mas difícil. En mis columnas siempre he escrito sobre el amor a la familia, auto estima, desarrollo personal, cosas de la vida, cotidianidad, amistad, amor. En fin todo lo referente a valores humanos, pero sobre todo he escrito de Dios y de su amor infinito. Ahora bien, no soy un ser infalible y mucho menos infinito. Soy falible y además finito, porque mi vida tiene un comienzo y tendrá un final, ¿Cuándo? no lo sé, solo Dios lo sabe, porque, solo el es infalible e infinito en toda su Majestuosidad, tengo errores y alguna que otra virtud, he tenido aciertos y desacierto y de este ultimo he sabido sacar lo provechoso, pues soy de las personas que creen que de lo malo siempre se aprende. Ahora claro está para mí, no sé si para usted, pero El único hombre que no se equivoca es el que nunca hace nada. La apariencia es intrínseca a nuestro instinto animal, porque estamos siempre en constante acecho, dije en un escrito anterior también: Que a veces es mejor cerrar la boca y parecer idiota que abrirla y demostrar lo que eres. Existe la envidia, el egoísmo, la guerra y sobre todo el racismo que es una odiosa forma de insultar a la Creación de Dios. Aprendí como se denigran las personas y buscan su propia destrucción por un interés transitorio, más ellos piensan que son tesoros eternos, tratan de lograr sus objetivos sin importarles nada acerca de otros seres que viven en inferioridad de condiciones y muchas veces esas personas no tienen qué comer. Aprendí lo que es el orgullo, la maldad, la insolencia, la avaricia, el desprecio, la burla, la marginación, la mentira, la violencia, la degradación, los tormentos internos, el egoísmo, la soberbia, la hipocresía y... el olvido... Aprendí tantas cosas feas, tantas cosas que yo no había visto desde allí... aprendí a cada paso viviendo cada una de esas cosas, sintiendo en mi piel correr el ácido de la pobreza humana, llorando, cayéndome y volviéndome a levantar. Respirando profundo, mirando el cielo azul de todos los tiempos, viví. Viví a cada momento un trozo de la historia, buscando calmar el ánimo y mejorando mis días, siempre tratando de encontrar una explicación en ojos de cristal... de las personas que veo a diario y sin embargo no asumen su rol en el divino porvenir, no se dan cuenta de su importancia en el relato de la vida, entonces sufren, pelean, reclaman, gritan, y piensan que a nadie les importan, porque los otros también están haciendo lo mismo, Hay algunas misiones que son familiares y te enseñan a caminar, otras, te enseñan a volar, hay quien viene para educar, otros para tan solo amar, hay tantas misiones como seres humanos existen, son tantas las cosas maravillosas que cada uno debe descubrir... pero cuesta aprender y "ver" lo que los ojos del alma ven. En cada pedacito de tiempo lloramos un poco por muchas cosas difíciles y nos sentimos impotentes ante la crueldad, pero la misión debe continuar, con mucho peso sobre los hombros, debemos seguir, tal vez en el camino encontremos la luz de las estrellas que brillan recordándonos de dónde venimos. Dios no te juzga porque tengas dinero, o porque quieras conseguirlo. Te juzga porque por omisión no haces nada por aquellos a los que le falta el pan, un abrigo o una palabra de amor. Porque tú no eres superior a nada en este mundo, una planta, un árbol, un río, un animal vale tanto como tú. Y tú vales tanto como tu conciencia te representa ante Dios. De acuerdo al contenido de tu conciencia será el peso y el brillo que tengas ante El. Si en tu interior faltan muchos árboles, deben ser los que cortaste y no repusiste, si en tu interior falta palabras de agradecimiento es porque nunca has ayudado a nadie, si en tu interior falta amor, es porque nunca has amado a nadie. Todo lo que falta son como agujeros vacíos en el campo luminoso de tu ser. Y si nunca has sabido llenar esos vacíos con amor, y no se lo muestras Dios, es porque nunca te has preocupado en obtenerlo. Eso quiere decir que le lleves amor recogido en tu camino, agradecimientos y bondad que hayas tenido en la vida. Ese es el poder que te dignifica ante Sus ojos y no otro. Todos recogemos en el camino un poquito del poder de Dios. El lo ha dejado allí en infinitas formas. Solo es cuestión de reconocer en cada cosa su maravillosa mano y detrás su inmenso bondad. Déjame saber que me he equivocado. Las personas se respetan `por ser personas, no por los bienes materiales que poseen. He visto actitudes en personas de mala intensión, y para mi es asombros, o aun más extraña la ligereza con que estos malvados creen que todo les saldrá bien. Por eso es bueno saber que cuando eliges un camino, forjas tu destino. Cuando encontré mi camino lo hallé difícil, pero no quiero otro, este es el camino que me conduce a la plenitud en Dios, y el vivir es Cristo y el morir ganancia.