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SAN CARLOS, COJEDES, Venezuela
ABOGADO CON INTERES SOCIAL. ASESORIAS PENALES, CIVILES, MERCANTILES, AGRARIO, ADMINISTRATIVO, LABORAL Y LOPNA

martes, 2 de febrero de 2016




               PASTOR ANTONIO JOSE MACEA Z
DESENMASCARANDO EL ESPÍRITU DE ERROR
 
Todos los seres humanos venimos a este mundo con una identidad y un propósito específico. Ningún ser humano es igual a otro, ni siquiera aquellos que son concebidos en el vientre de su madre al mismo tiempo y que tienen mucha similitud física, como los gemelos o los mellizos.  
  El primer rasgo de identificación que Dios puso en el ser humano fue sus huellas dactilares, que como bien sabemos han servido para identificar a cada persona en una forma inequívoca y así poder organizar la sociedad y en esta forma conceder los derechos e imponer las obligaciones y responsabilidades a todo individuo.
Ahora bien, así como las huellas dactilares son únicas para cada individuo y establecen su identidad ante las autoridades del país donde nació y del mundo, igualmente en el mundo espiritual cada ser humano tiene una identidad única y una misión específica que debe cumplir durante el tiempo que permanezca en este mundo. Una misión  que ningún otro ser humano puede cumplir por él, y que le conceden derechos y responsabilidades específicas cuando se presente ante el tribunal de Dios, y que además, si  actúa durante su vida  dentro de los parámetros de esta misión  su vida estará llena de gozo, paz y será prosperado en todos sus caminos.
Por esta razón es necesario que todo ser humano descubra su identidad espiritual y el propósito específico por el cual fue enviado a este mundo.  Si no descubrimos nuestra identidad y la misión que tenemos que cumplir estaremos actuando en error, es decir, fuera de la voluntad de Dios y como consecuencia todo lo que hagamos nos saldrá mal y aunque prosperemos en algunos campos por nuestras capacidades intelectuales, no tendremos el gozo y la paz que solo da el saber que estamos haciendo la voluntad de  Dios, es decir, cumpliendo la misión por la cual estamos en este mundo.
 Entonces el enemigo,  que no quiere que el ser humano descubra su verdadera identidad infunde un espíritu de error, con falsas doctrinas que “revela” a personas que ya están actuando fuera del propósito de Dios, y con la estimulación de la religiosidad, es decir manteniendo al pueblo entretenido en los cultos externos, en las solemnidades, que son importantes, pero que si nos quedamos en ellas nos desvían de nuestro propósito y del descubrimiento de  nuestra verdadera identidad.
Este espíritu de error, al mantener a la persona entretenida, creyendo que está actuando en la verdad, y que esta agradando a Dios haciendo cosas que El no le ha  
Mandado hacer, no le permite recibir la revelación del Espíritu del Padre, que es la única manera de descubrir la verdadera identidad, y de actuar en el cumplimiento de nuestro propósito.
Todos los nacidos de nuevo hemos leído la Biblia y sabemos que en ella se nos dice que cuando aceptamos a Yahshua somos una nueva Creación, que somos hijos del Padre celestial, que somos reyes, sacerdotes y embajadores dentro del Reino del Padre. Y algo muy importante que nos permite actuar conforme a nuestra identidad para que cumplamos con nuestro propósito  es saber que somos ministros de un nuevo pacto y que tenemos acceso  para vivir en el lugar Santísimo, es decir en plena intimidad con el Padre y expuestos  a Su revelación que es la única manera como podemos establecer el reino en el tiempo, en el territorio y en los corazones humanos.  Pero esto que hemos leído en múltiples oportunidades no lo ponemos por obra, porque no nos ha sido revelado y seguimos actuando guiados por el Espíritu de error, creyendo que somos unas mansas ovejitas sin identidad y sin propósito.
Entonces es necesario desenmascarar ese Espíritu de error y buscar la revelación del Espíritu del Padre que nos da la autoridad y el poder para cumplir el propósito que El nos ha encomendado.
 

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