Datos personales

Mi foto
SAN CARLOS, COJEDES, Venezuela
ABOGADO CON INTERES SOCIAL. ASESORIAS PENALES, CIVILES, MERCANTILES, AGRARIO, ADMINISTRATIVO, LABORAL Y LOPNA

domingo, 30 de septiembre de 2012

El Pecado Ignorado
publicado por: Antonio Jose Macea Z
Yo creo firmemente que a esta altura de los tiempos, quienes siguen con cierta atención las distintas producciones de este ministerio, - más allá de algún visitante esporádico o casual -, constituyen una masa adulta y madura como para saber por donde camina en el evangelio y cuales son las verdaderas señales que Dios está enviando a su iglesia en el tiempo presente.
Sin embargo, hoy tengo que recalar en un tema que pese a estar ya – supongo -, consolidado en el espíritu y el corazón de todos esos hombres y mujeres, por allí alguna confusión, producto de la falta de conocimiento, puede estar causando perjuicios al pueblo y obstaculizando su relación con el Señor y, por lo consiguiente, trabas para operar en victoria: El pecado Ignorado.
¡Pero hermano! ¡Como se le ocurre que podemos ignorar un pecado! ¡Si eso es el ABC del arrepentimiento y la puerta de entrada a la vida abundante y eterna que Dios nos ha prometido! Un momento. Yo no estoy diciendo que usted ignore lo que es el pecado. Sé que tiene muy claro que robar, matar, mentir, adulterar, fornicar, significa transgredir las leyes de Dios y, por ende, apartarle de su comunión en tanto y en cuanto no lo confiese, se arrepienta, obtenga perdón y sea redimido. A lo que quiero referirme aquí, es a una clase de pecado que no siempre se ve, porque no siempre ha sido explicado con claridad: el pecado de la Prevaricación.
¿Qué es prevaricar? ¿Es simplemente otra forma de pecar? No. Como vamos a ver, la Biblia coloca a estas dos palabras separadas la una de la otra, Mientras pecado es ceder a la tentación y consumarla, prevaricar se trata de oír lo que Dios dice, tener convicción de que lo que dice es la verdad pero, así y todo, hacer caso omiso a esa palabra, ya sea por la terquedad, soberbia o conveniencias personales. Eso es prevaricar y, obviamente, cuando se hace, la consecuencia inmediata es la otra: pecado. Comencemos.
En el libro de Levítico, capítulo 26, nos encontramos con todo un discurso de Dios relacionado con las bendiciones que produce la obediencia y, al mismo tiempo y a continuación, con las consecuencias naturales de la desobediencia.
Dice que si obedecemos no adorando a dioses falsos, guardando un reposo estipulado y andando en los decretos de Dios, Él nos dará lluvia en su tiempo, pan para comer en todo momento, paz para dormir, victoria sobre nuestros enemigos espirituales y crecimiento más multiplicación. Lo remata con esa hermosa promesa que asegura que, entonces, Él andará con nosotros, y será nuestro Dios y nosotros seremos su pueblo.
Por contrapartida, si no obedecemos, dice que enviará terror, extenuación, fiebre, congoja en el alma y quebrantamiento de nuestra soberbia. Dice que si andamos con Él en oposición nos añadirá siete veces más plagas según nuestros pecados, que se consumirán nuestras fuerzas, que habrá bestias (Y no habla de animales), que nos arrebatarán nuestros hijos, quebrantarán nuestra economía y nos reducirán en número, es decir que mucha gente se apartará de la iglesia y morirá espiritualmente por esta causa.
(Levítico 26: 40)= Y confesarán su iniquidad, (Los desobedientes), y la iniquidad de sus padres, por su prevaricación con que prevaricaron contra mí, y también porque anduvieron conmigo en oposición, (Se lo paso en limpio: oyeron, entendieron, vieron que era así, pero decidieron ignorarlo. Se opusieron a la voluntad de Dios. Hoy, oponerse a ciertas reformas, parecería estar defendiendo antiguas, tradicionales y clásicas bases evangélicas, pero en ciertos casos, sería estar oponiéndose a lo que Dios verdaderamente desea hacer. Prevaricar.
¡Pero hermano! ¿Y a mí como me consta que eso es prevaricar y estar en pecado, y no estar defendiendo los intereses de la iglesia tal cual yo lo tengo pensado? Perfecta la pregunta. Y además de eso, es muy lógica la duda. Mire como sigue:
(Verso 41)= Yo también (Dice Dios) habré andado en contra de ellos, (Los que se oponen) y los habré hecho entrar en la tierra de sus enemigos; (Tendrán que pelear en terreno enemigo, sin cobertura divina. ¿Por qué?) Y entonces se humillará su corazón incircunciso, (Corazón incircunciso equivale a incredulidad), y reconocerán su pecado. (Listo. ¿Le quedan dudas a usted que eso es pecado?)
En el capítulo 14 del libro de Job, este hombre tan singular que ha quedado en el ambiente mundano, - fíjese usted que interpretación -, como símbolo de la paciencia, reflexiona sobriamente con respecto a la brevedad, a la inconsistencia, a la levedad y a la fragilidad de la vida humana. Entre varios conceptos donde compara al insignificante ser humano con la Majestad de Dios, termina reconociendo sus falencias, sus errores y hasta su propia incredulidad.
(Job 14: 16)= Pero ahora me cuentas los pasos, (Dice que Dios lo controla en sus actitudes) y no das tregua a mi pecado; (Se siente presionado por esa convicción) (17) Tienes sellada en saco mi prevaricación (Quiere decir que Dios no ha olvidado que él oyó y creyó, pero tampoco que eligió no hacer caso) y tienes cosida mi iniquidad. (Él mismo le da nombre a su actitud. Y no anda con ninguna clase de excusas hipócritas).
Sin embargo, la primera muestra de lo que significa para Dios este pecado ignorado por tantos que es la prevaricación, habrá que echar un vistazo al libro de los proverbios. Salomón, allí, cuando habla de la sabiduría y de todo lo que ella representa, nos sugiere que prestemos atención a una serie de elementos indispensables para obtenerla: recibir la Palabra, guardar los mandamientos, estar con el oído espiritual atento, inclinarse a la prudencia, clamar por inteligencia, buscarla como a la plata y escudriñarla como a un tesoro.
Con todo esto, - asegura -, entenderemos el temor a Dios, hallaremos el verdadero conocimiento, obtendremos escudo protector, preservaremos nuestros caminos, seremos guardados por la discreción, nos librará del mal camino, de la mujer extraña, (Habla de lo literal, - tentación de fornicación o de adulterio -, y de lo espiritual, que es caer en las garras de la esposa falsa, de la iglesia paralela, de la imitación satánica y termina con una conclusión inapelable.
(Proverbios 2: 20)= Así andarás por el camino de los buenos, (Siempre que la Biblia dice “Camino”, usted tiene que entender que habla de “Estilo de vida”) y seguirás las veredas de los justos; porque los rectos habitarán la tierra, y los perfectos permanecerán en ella; (Adiós su teología de la gran fuga o del rapto), más los impíos serán cortados de la tierra. (Será como en los días de Noé, ¿Recuerda?), y los prevaricadores serán de ella (De la tierra) desarraigados. (¡Eh! Esto significa que si usted había pensado mandarse a mudar en un enorme rapto lo único que debería hacer, entonces, es desobedecer; oír y no hacer lo que se le dice desde el cielo: Prevaricar. Viaja seguro mucho antes que varios otros. El problema, claro, es el destino de ese viaje. Que usted se va, se va, pero…¿Adónde se va?
El Proverbio 21 le da otro enfoque: habla de consejos puntuales y válidos para una vida en rectitud. Que el hombre no se fundamente en su propia opinión, que no caiga en altivez y orgullo, que no se apresure en sus pasos, que no trate de hacerse rico mediante mentiras, que cultive la simpleza de los sabios que aprenden ciencia hasta de los más necios, que no cierre su oído al clamor de los pobres, para, finalmente, establecer una contraposición entre lo que considera dos polos de comportamiento.
(Proverbios 21: 18)= Rescate del justo es el impío, (El justo, antítesis del impío) y por los rectos, el prevaricador. (Es decir: la antítesis de la prevaricación es la rectitud de corazón. Un corazón conforme a la voluntad y el propósito de Dios).
El 28, mientras tanto, encara un aspecto que tiene que ver mucho con la hipocresía. Dice que el justo, el recto, el que anda por lo que cree, está confiado como un león, que los hombres entendidos y sabios sofocan la rebelión de los príncipes, que los malos no entienden el juicio pero que los que buscan a Dios entienden todo, que el que sabe guardar la palabra, es hijo prudente.
Fundamental es el verso 9, que señala que quien aparta su oído para no oír la Palabra, (El prevaricador), hace que su oración sea abominable. Que es bienaventurado, (Bendecido), el que teme a Dios, pero el que endurece su corazón (El prevaricador), caerá en el mal. Pero donde la señal está más clara, es:
(Proverbios 28: 20)= El hombre de verdad tendrá muchas bendiciones; más el que se apresura a enriquecerse no será sin culpa.
(21) Hacer acepción de personas no es bueno; (Es decir: no es bueno discriminar morenitos, analfabetos, sucios, flacos, gordos, pelilargos, rapados, divorciados, sidásicos, etc.) hasta por un bocado de pan prevaricará el hombre. (Esto habla de intereses: materiales, estomacales, económicos y otros.)
(Isaías 1: 21)= ¿Cómo te has convertido en ramera, oh ciudad fiel? (De entrada nomás, le dice Ramera. Está bien; a usted esto le suena a insulto, pero si entendemos que Dios jamás insulta, descubriremos que Ramera, en este caso, es el símbolo de alguien que no se compromete con nadie, que vende “su cuerpo” por dinero o por comodidades, que tiene el amor anestesiado, que ama los lujos, las fiestas y la expresión estética aunque por dentro esté sucia.) llena estuvo de justicia, en ella habitó la equidad; pero ahora, los homicidas. (Naturalmente, también esto es un simbolismo. Está hablando de los que matan espiritualmente con alimentos sin calorías, con palabras muy melosas pero carentes de unción y poder.)
(22) Tu plata se ha convertido en escorias, (La economía de la iglesia no sólo que no tiene algo que enseñarle al mundo, sino que incluso es más endeble que la de ellos.) tu vino está mezclado con agua. (Entendamos bien: vino aguado, es un engaño, un fraude. Revelación mezclada con filosofías humanas, no tienen consistencia, resulta inservible para alimentar la vida cristiana, no bendice, adormece, anestesia, bloquea.)
(23) Tus príncipes (El liderazgo, si usted quiere), prevaricadores y compañeros de ladrones; todos aman el soborno, y van tras las recompensas; no hacen justicia al huérfano, ni llega a ellos la causa de la viuda.
Todos conocemos que este libro del profeta Isaías es un compendio del juicio justo de Dios para con los que no entienden su lenguaje y pretenden manejar SU iglesia como si les perteneciera. En el capítulo 24, ese juicio es directamente sobre la tierra y, en él, encontramos un verso dedicado a la prevaricación dándole un nuevo rótulo a esa actitud desobediente.)
(Isaías 24: 16)= De lo postrero de la tierra oímos cánticos. (Le está diciendo de lo postrero, de lo último, no desde sectores privilegiados o prestigiosos, el cántico sale de allá abajo, aunque muchos, hoy, todavía siguen rompiéndose el alma propia y las ajenas, para estar arriba, en los primeros lugares) gloria al justo. Y yo dije: ¡Mi desdicha! ¡Mi desdicha! (Tristeza, amargura, desaliento, falta de gozo) ¡Ay de mí! Prevaricadores han prevaricado con prevaricación de desleales. (Dios toma a la prevaricación como una deslealtad, nada menos).
Y para terminar con lo que Isaías dice con relación a este pecado ignorado, vamos al capítulo 59, donde se manifiesta la confesión del pecado de Israel, lo que equivale a decir: el pecado de la iglesia, del pueblo de Dios. Habla de la división existente, de la mentira, de la maldad, de la falta de justicia, de la destrucción y el quebrantamiento, de la falta de paz, de la falta de rectitud, de la falta de luz, de la muerte espiritual, de un gemir lastimero, de las rebeliones, mire como lo pinta:
(Isaías 59: 12)= Porque nuestras rebeliones se han multiplicado delante de ti, y nuestros pecados han atestiguado contra nosotros; porque con nosotros están nuestras iniquidades, y conocemos nuestros pecados; el prevaricar y mentir contra Jehová, y el apartarse de en pos de nuestro Dios; el hablar calumnia y rebelión, concebir y proferir de corazón palabras de mentira.
El otro profeta mayor, Jeremías, también esgrime un lamento con relación a este pecado ignorado. Le pido que preste atención porque lo que dice, toda su queja, es para con el pueblo, para con los hijos de Dios, para la iglesia en suma.
(Jeremías 9: 1)= ¡Oh, si mi cabeza se hiciese aguas, y mis ojos fuentes de lágrimas, para que llore día y noche los muertos de la hija de mi pueblo!
(2) ¡Oh, quien me diese en el desierto un albergue de caminantes, para que dejase a mi pueblo, y de ellos me apartase! Porque todos ellos son adúlteros, congregación de prevaricadores.
…Tenemos tantas palabras religiosas incorporadas a nuestro repertorio evangélico… Santa Cena… Santa Biblia… Santo Púlpito… Santa Ofrenda… Santo Banco… La cena, por ejemplo, es algo que debemos hacer, - lo dice Él -, en memoria del Señor. Pero es cena, o mesa, o como se le haya ocurrido denominarla a cualquiera de los viejos cabezones que inventaron su denominación.
Los santos, en cambio, somos (O en todo caso deberíamos ser), los que participamos de ella. La Biblia es Biblia, compendio de diversos libros. Una especie de diminutivo de “biblioteca”. Eso es lo que significa “Biblia”. Tiene relatos históricos literales que encierran principios espirituales. Está escrita para alimento, guía e inspiración de los santos. Pero es Biblia, así, a secas.
Lo mismo ocurre con “Congregación”. Congregación no es La Iglesia, es Congregación. En un partido de fútbol, en un festival de rock o en cualquier otra celebración pagana, no podemos decir que Dios esté presente. Sin embargo, allí también hay Congregación. (Multitud de personas reunidas con un fin específico) Pero eso no es Iglesia. Porque Iglesia es una asamblea de representantes de un reino. En este caso, obvio, del Reino de Dios.
(Daniel 8: 12)= Y a causa de la prevaricación le fue entregado el ejército junto con el continuo sacrificio; (¿Cuál es el ejército entregado por los prevaricadores? La Iglesia.) y echó por tierra la verdad, (¿Qué verdad? Cristo es la Verdad.) e hizo cuanto quiso y prosperó.
(13) Entonces oí a un santo que hablaba; (¡Cuidado! No era una estatua o un hombre especial con una aureola luminosa sobre su cabeza; era uno como usted.) y otro de los santos preguntó a aquel que hablaba: ¿Hasta cuando durará la visión del continuo sacrificio, y la prevaricación asoladora entregando el santuario y el ejército para ser pisoteados? (Si en algún lugar, alguna iglesia se siente pisoteada por el humanismo, la responsabilidad será, sin dudas, de los que habiendo oído lo que Dios decreta hoy, han preferido seguir con su programa particular: prevaricadores.)
(14) Y él dijo: hasta dos mil trescientas tardes y mañanas; luego el santuario será purificado. (Juicio. Dos mil trescientos días. Seis años, tres meses y veinte días para ser más precisos. Si tenemos en cuenta que este mensaje apostólico de reforma en la iglesia (De esto se trata) comenzó a predicarse en 1994, el proceso estaría ya mucho más que completado. De acuerdo, no tiene valor doctrinario. Pero vale, ¿No cree?
Sin embargo, la escenografía o fotografía más nítida del juicio interno que Dios ha comenzado a ejercer en contra de la prevaricación, la encontramos en los p0rimeros siete versos del capítulo 5 del libro de Oseas.
(Oseas 5: 1)= Sacerdotes, oíd esto, (Líderes, pastores, maestros, oíd) y estad atentos, casa de Israel, y casa del rey (Pueblo de Dios, iglesia), escuchad: porque para vosotros es el juicio, (Olvídese del mundo incrédulo y pecador, dice que el juicio es para nosotros) pues habéis sido lazo en Mizpa, y red tendida sobre Tabor. (Los llama tramposos, por si no le ha quedado claro).
(2) Y haciendo víctimas han basado hasta lo profundo; por tanto, yo castigaré a todos ellos. (Hay castigo para las maquinaciones perversas).
(3) Yo conozco a Efraín, e Israel no me es desconocido; porque ahora, oh Efraín, te has prostituido y se ha contaminado Israel. (La iglesia sigue siendo iglesia, pero está contaminada. ¿Contaminada de qué?)
(4) No piensan en convertirse a su Dios, porque espíritu de fornicación está en medio de ellos, (Aquí, fornicar, es intimar con lo que se opone a Dios) y no conocen a Jehová. (¿Usted me quiere decir que hay iglesias que funcionan como tales, pero que en verdad no conocen a Dios?)
(5) La soberbia de Israel le desmentirá en su cara; (Cuidado que la soberbia es prácticamente la antesala de la prevaricación) Israel y Efraín tropezarán en su pecado, y Judá también tropezará con ellos.
(6) Con sus ovejas y con sus vacas andarán buscando a Jehová, y no le hallarán; se apartó de ellos. (Cuidado: le está diciendo que una iglesia puede estar funcionando y buscando sinceramente a Dios. Si no lo pueden encontrar, es porque Dios se apartó, no porque no exista. Y si se apartó, hay una sola causa posible: pecado)
(7) Contra Jehová prevaricaron, porque han engendrado hijos extraños; (Los prevaricadores están predicando y, oh sorpresa, llevando a mucha gente a una especie de conversión y a la iglesia; pero dice que no son hijos genuinos, sino extraños.) Ahora, en un solo mes, serán consumidos ellos y sus heredades.
La imagen del juicio real y seguro contra este sector infiltrado dentro de la iglesia, y gestor, formador y ejecutor de este pecado ignorado por tantos, se cierra en el libro de Malaquías. Hay una reflexión que hoy es totalmente vigente y su conclusión:
(Malaquías 2: 10)= ¿No tenemos todos un mismo padre? (Vamos a ver: ¿Tenemos o no tenemos todos un mismo padre? Porque por allí nos comportamos como si fuéramos hijos de distintos padres)
¿No nos ha creado un mismo Dios? (Yo diría que a veces, de acuerdo a ciertos comportamientos nuestros, daría la sensación que no tenemos muy en claro esto, ¿No es así?) ¿Por qué, pues, nos portamos deslealmente el uno contra el otro, profanando el pacto de nuestros padres? (Esto, sin dudas, ocurría solamente en el tiempo de Malaquías, ¿Verdad?)
(11) Prevaricó Judá, y en Israel y en Jerusalén se ha cometido abominación; porque Judá ha profanado el santuario de Jehová que él amó. (Los prevaricadores profanan la iglesia de Dios) y se casó con hija de Dios extraño.
 
cortesia de:TIEMPO DE VICTORIA ministerio de enseñanzas biblicas:

No hay comentarios: